domingo, 9 de febrero de 2014

Seis consejos que te ayudarán en los partidos complicados


En este artículo me gustaría ayudarte a potenciar tu juego de tenis con una serie de consejos prácticos que podrás utilizar cuando tengas que jugar tus partidos de tenis mas difíciles y de esta manera logres llegar mejor preparado mentalmente y tácticamente.
1) Realiza tus rutinas mentales pre partido: Es importante haber construido tu entrenamiento mental en forma de rutinas, de esta manera te será mas fácil conectar con tu mente subconsciente y dejar que sea esta la que desencadene la neurona primaria que producirá el comportamiento o las sensaciones deseadas gracias a ese comportamiento consciente que desencadenará una conducta inconsciente. Si no estás familiarizado con las rutinas mentales en el tenis, te daré un ejercicio sencillo que luego puede ser convertido en rutina fácilmente. La idea es que antes del partido te imagines a ti mismo jugado el día del partido, imagines que estás ganando los puntos y conquistando el partido gracias a que jugaste tu mejor tenis. Este sencillo ejercicio te ayudará a potenciar tu confianza antes del partido aprendes a proyectarte mentalmente de esta manera. Recuerda no basar toda tu confianza solo en este tipo de ejercicios, este es solo un potenciador de la misma ya que si la confianza se basa solo en esto, es frágil y vulnerable y corres el riesgo de hacerla volar por los aires si el partido se te complica, por ello debes utilizarlo como un recurso mas antes de jugar el partido.
2) Durante el peloteo de calentamiento activa tu matriz DAFO y enfocate en identificar primero todo aquello externo a tí, es decir, identifica las debilidades de tu rival para buscar atacarle por allí e identifica las oportunidades que esto representa para tí, así como las oportunidades de factores externos como el viento, el sol, un publico ruidoso o molesto. Recuerda que así como todos estos factores externos te desconcentran y molestan, lo mismo ocurre para tu rival y el jugador que mejor y más rápido se adapte a las circunstancias es el que logrará finalmente una ventaja real durante el partido.
3) Identifica como encajan tus fortalezas en este rompecabezas táctico llamado partido, por lo que es importante que veas como tus fortalezas pueden ser utilizadas para atacar las debilidades del rival, mientras mas coincidencias de ambos aspectos identifiques y logres aplicar, la victoria del partido estará mas cerca.
4) Enfoca tu atención al punto que estás jugando: con esto lo que quiero decir es que debes estar en el aquí y en el ahora, esta es la clave de la concentración, por ello nada mejor que el momento presente para estar mentalmente enfocado, los partidos se ganan punto a punto. Si pierdes un punto, identificas el fallo, aprendes de él y pasas página mentalmente para no quedarte anclado al pasado. Si vas ganando, no cometas el error de verte ganador ya que puedes caer en exceso de confianza y bajar el nivel. El partido no está ganado hasta que no se juega el último punto.
5) Se creativo: Si ves que tu juego no está dando resultado debes tener un plan “b” y ser creativo para poder ir adaptando tu juego a las circunstancias del partido.
6) Utiliza los cambios de lado a tu favor: Este momento cuando cambias de lado durante el partido vale oro y aquí podemos ver claramente cuando un jugador es aficionado o  un profesional. Debes utilizar los cambios de lado para aplicar tus rutinas mentales asociadas a los alimentos como frutas o bebidas, activar las rutinas de visualización y reforzar tu dialogo interno. No esta de más decirte que jamás subestimes el momento del cambio de lado, ya que un cambio de lado gestionado mentalmente de manera acertada puede darle un vuelco completo al partido.
Aunque en los partidos complicados necesitarás mucho mas que solo seis consejos, estoy seguro que estos serán un buen recurso que si pones en práctica tus rivales lo notarán y esto jugará a tu favor.
Te mando un saludo muy fuerte y ya nos vemos en un próximo artículo.

El triángulo del éxito: objetivo, rendimiento y resultado





La RAE define el éxito como el resultado feliz de un negocio, actuación, etc. Podríamos decir, por tanto, que el concepto del éxito tiene mucho que ver con el hecho de que todo nuestro esfuerzo sea recompensado con una consecuencia que nosotros identificamos como placentera.
En el ámbito deportivo la mayor parte de los jugadores identifican el hecho de ganar como la recompensa más placentera que existe. Y probablemente no estén demasiado desencaminados a la hora de percibir la situación de esa manera. Yo mismo, me vuelvo a casa mucho más contento cuando gano que cuando pierdo. Incluso en los partidos en los que he rendido bien. En esto la bioquímica no nos ayuda mucho puesto que está más que demostrado que ganar libera hormonas que nos producen mucho placer y cuya experiencia nos empreñamos en repetir.
Esta situación no tendría mayor transcendencia si no fuera por el hecho de que mis valores y creencias me piden que me sienta igual de bien cuando gano como cuando pierdo jugando bien porque quiero valorar el rendimiento, por lo menos, al mismo nivel que el resultado pero…  ¡A ver como me lo monto con las hormonas para que se liberen también cuando pierdo jugando bien!
El resultado es un tipo con muy mala imagen. Es como ese amigo que teníamos de adolescentes del que nuestra madre siempre nos quería alejar, “no vayas con ese chico que te traerá problemas” Por el contrario el rendimiento es el colega guay. De hecho el rendimiento es el otro amigo que caía tan bien a nuestra madre, “júntate con el rendimiento que ese si que es buena gente”.
Yo quiero romper aquí una lanza en favor del resultado. En el fondo es buena gente, el problema es que un incomprendido. Vivimos en una sociedad en la que todo va demasiado deprisa, en la que lo queremos todo ya y sin pararnos demasiado en madurar el proceso. Por ejemplo, lo que de verdad importaba en el cole eran las notas, cuando sacabas buenas notas eras listo y cuando las sacabas malas entonces es que eras tonto. Pero nadie se preocupaba mucho por el rendimiento. En el tenis importan los resultados ¿Cuánto has quedado? ¿A que ronda has llegado? ¿Qué ranking tienes? Si has quedado bien o ganado eres bueno y si no has quedado bien o has perdido eres malo. La trampa y lo que desacredita al resultado es esa forma de pensar. Somos nosotros mismos los que hacemos que el resultado sea el amigo indeseable de nuestras madres ¿Qué porqué? Porque lo que hacemos es identificarnos y darnos valor como persona en función de nuestros resultados. Terminamos pensando y creyéndonos el lema de que “Yo soy mis resultados”.
Los mejores se diferencian del resto porque saben cómo escaparse de esa trampa. Los mejores saben que no son el resultado de sus resultados (valga la redundancia) Pero no por ello le quitan valor a los resultados que consiguen. ¡Todo lo contrario! Consideran sus resultados de vital importancia pero no como arma arrojadiza contra ellos para decirse ¡que malos eres!, ¡eres un inútil!, ¡no sabes hacer nada! o ¡que bueno eres!, ¡eres un maquina! ¡a ti no te gana nadie! sino para adquirir información relevante para seguir creciendo y alcanzar su objetivo. ¡Eso es! El resultado es una información muy valiosa.
En el camino hacia la excelencia lo primero que tenemos que aprender a diseñar es un buen objetivo que nos dirija hacía el lugar al que al que queremos ir. Me encanta esa parte de Alicia en el país de las maravillas en el que Alicia le pregunta al gato:
- ¿Podrías decirme, por favor, que camino debería seguir para salir de aquí?
- Eso dependerá en gran parte del sitio al que quieras llegar, le dijo el gato.
- No me importante mucho el sitio, dijo Alicia.
- Entonces – dijo el gato – tampoco importa mucho el camino que tomes.
No deberíamos permitirnos no saber dónde queremos ir ya que eso determina el camino que hemos de escoger. Y tanto el camino como el destino son aspectos fundamentales en nuestro desarrollo personal y deportivo.
Una vez que ya sabes dónde quieres estar y empieza las ruta necesitas evaluar el progreso cada cierto tiempo. Necesitas confirmar si estás o no acercándote al objetivo como habías planificado. Y para esto los resultados son tus mejores aliados (siempre y cuando los utilices como información y no para identificarte con ellos)
¿Y que hago con esos resultados? Valorar mi rendimiento para establecer las modificaciones que sean necesarias. (Insisto sin identificarme con el)
Rendir al 100% no siempre es suficiente. Lo ideal es rendir al 100% de tus posibilidades pero orientado dicho rendimiento a la consecución de tus objetivos. Si tu objetivo es clavar un clavo en la pared y te tiras 10 horas al día golpeando por todos sitios menos por donde está el clavo, nadie te podrá decir que no estás rindiendo al 100% pero todo ese rendimiento no te servirá para alcanzar tu objetivo. Sin embargo, si te paras un momento a analizar el resultado y el porqué no estás consiguiendo tu objetivo te darás cuentas de que no estás fijando tu atención en el clavo (por ejemplo) y entonces reevaluarás tu rendimiento (en función del análisis que has hecho de tu resultado) y terminarás alcanzado tu objetivo con mayor facilidad.
A mis jugadores les suelo poner el ejemplo del Ferrari y el reponedor del supermercado. Imagina que el objetivo del reponedor del supermercado fuera comprarse un Ferrari en 5 años. Imagina que su rendimiento fuese del 100% cada día. Que sus jefes estuviesen encantados con su trabajo y que además lo mantuviera de manera disciplinada durante mucho tiempo. ¿Crees que pasados los 5 años se lo podría comprar? Con toda certeza la respuesta es que no y sin embargo su rendimiento durante todos estos años en su trabajo ha sido incuestionable. El problema es que no ha valorado los resultados intermedios de su trabajo con lo que no ha podido hacer ningún tipo de ajuste para mejorar su rendimiento de cara a la consecución del objetivo. Por eso, solo al final del proceso se da cuenta de que no tiene dinero suficiente para comprarse el Ferrari a pesar de haber rendido al 100%.
Porque hay que recordar que competimos para rendir al 100% de nuestras capacidades y dar lo máximo de nosotros mismo, pero también para ganar y alcanzar nuestros objetivos.
¿Qué hubiera pasado si cada mes el reponedor del supermercado hubiera evaluado y analizado los resultados de su trabajo en relación a su objetivo? (insisto como información para tomar decisiones y no como para definirse. No es útil para decirse a sí mismo “eres un inutil no ganas un duro” “así no lo consigues nunca vaya mierda de trabajo que tienes”… etc ) Pues que habría tomado decisiones en torno a su rendimiento u objetivo. ¿Cómo? Valorando buscarse un trabajo cuyo rendimiento económico fuera mayor o bien reevaluando su objetivo (cambiando a un coche más barato o ampliando los años para conseguirlo)
Yo soy partidario de trabajar desde pequeños con los jugadores los tres conceptos: Objetivos, resultados y rendimiento. Explicándoles correctamente el significado de cada uno. El problema no es el resultado, el problema es el significado que les enseñamos del resultado. Les hacemos creer que “ellos son sus resultados” y eso es lo que les perjudica realmente en su desarrollo personal y deportivo. Si somos capaces de hacerles ver que su resultado está muy relacionado con su rendimiento y objetivos y les acostumbramos a analizar el resultado como lo que es “un resultado” (que no les define) les permitirá aprender a adaptar la calidad y cantidad de rendimiento que necesitan llevar a cabo con el fin de alcanzar unos resultados que les permitan conseguir sus objetivos. Y solo cuando seamos capaces de hacer que cambie la imagen que ofrecemos a nuestros jugadores de lo que significa realmente el resultado nuestras madres empezarán a dejarnos salir ellos. Porque en el fondo no son mala gente, el problema lo tenemos nosotros, que no sabemos utilizarlos correctamente.
@tmiweb
@vicentecuairan
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Sos tenista?



Hola como están?, en esta primera nota del año, les comento acerca de una problemática que aparece entre la diferencia generacional que existe en algunas relaciones JUGADOR/COACH.
Los coachs me plantean que la nueva generación quiere los resultados ya y que no se entregan a un proceso de aprendizaje que les proponen.
Entre las herramientas que les muestro a los equipos, tenemos 3 cosas a tener en cuenta para las personas que se dedican al tenis:
SER
HACER
TENER
 Durante mucho tiempo nos educaron con el foco en el TENER, a quien no le han dicho alguna vez, si queres ser alguien, (como si no lo fuéramos), o, Si te sacas un 6 sos un mediocre, dándole más valor a la nota que a ver si había ocurrido un aprendizaje, o no,  etc.
En tenis.
Si nos enfocamos en TENER, solo estaremos viendo el resultado y nuestra confianza y acciones van a estar dependiendo del mismo, no negamos que los resultados pueden ayudar y dar confianza.
Por otro lado si nos enfocamos en HACER y poner el foco en lo que HACEMOS o hicimos para conseguir el resultado, encontraremos, que cosas debemos repetir y cuales debemos dejar de lado, aca, hay más probabilidades que los resultados sean más SUSTENTABLES.
Y por otro lado si el foco esta puesto en el SER, y observamos (ver más interpretar) y ayudamos al jugador/a a ver todos los beneficios de SER TENISTA,  hay más probabilidades que nuestro HACER mejore y por efecto el TENER tambien.
En mi caso. DISFRUTO mucho de SER coach, de aprender de las situaciones que se presentan a diario y de ayudar a que más personas puedan SER TENISTAS.
Dónde está tu foco? En SER, HACER O TENER?
Un abrazo Martin Paroli.

Como manejar las emociones


Muchos jugadores son esclavos de sus emociones, se enfadan, se deprimen, o cualquier otra emoción que no dejan que tengan la performance que deberían tener.
No sé si será cierto, pero alguna vez me dijeron que la palabra emoción viene de “E + motion”, y que significaría energía en movimiento, cierto o no, creo que es muy figurativo. Lo que si está claro es que una emoción fuerte es un torrente de energía que fluye muchas veces como un volcán desde dentro nuestro, si la paramos, queda dentro y se acumula, si la dejamos explotar perdemos el control de nuestras acciones. En la adolescencia, esta falta de control es mucho mas evidente por la inmadurez del SNC
Una emoción genera un cambio químico en el cuerpo, si estamos felices producimos endorfinas si estamos estresados, cortisol, todo esto altera nuestra capacidad de percibir objetivamente. Para poner un ejemplo claro, si estamos enamorados, todo es perfecto y si estamos deprimidos todo es feo y oscuro,  aunque la realidad objetiva sea la misma, es decir, creamos nuestra realidad a partir de la emoción que transitamos. Desde el punto de vista neurofisiológico las emociones son respuesta automáticas a una situación dada y evolutivamente son y fueron necesarias para la supervivencia y son anteriores a la razón, por lo que llegan a los nervios ejecutores antes que el pensamiento racional. Es la típica situación donde el jugador que tira la raqueta y después de arrepiente, es decir, reacciona y después  piensa,
Ninguna emoción es mala, todas tienen su utilidad en el momento apropiado. Lo que tenemos que valorar es , si lo que estamos sintiendo es útil para el momento que estamos viviendo, o si nos hemos quedado atrapados dentro de esa emoción. El problema no es enfadarse, el problema es quedarse atrapado en el enfado, eso es lo que paraliza
Me surgen muchas preguntas a partir de las ideas anteriores:
   cómo podemos pedir a una persona que maneje sus emociones si nunca nadie le ha guiado a  cómo hacerlo?
   Nos enseñan a manejar las emociones en la escuela?
   A identificarlas?
   A ponerles un nombre?
   Y sobre todo a respetar lo que sentimos y lo que puede sentir el otro?
Entonces, es posible controlar las emociones?
Creo que es tan malo frenar las emociones como dejarlas escapar sin control.  Intentar controlar las emociones es como intentar soportar un golpe, puedes aguantarlo, pero eso no significa que sea bueno. Dejarlas libres puede traer consecuencias no deseadas, entonces, que  podemos hacer?
Se me ocurren 3 panoramas:
1.Control: no expreso la emoción, la contengo. Si esto sucede,  normalmente las personas que intentan controlar al cabo de un tiempo explotan y si no lo hacen enferman.
2.Explosión: no hay filtro, lo que se siente sale sin freno, una vez liberado, se cae en un arrepentimiento y  desazón por los daños ocasionados,  como por ejemplo: romper una raqueta. (en el mejor de los casos)
3.Manejo: cuando anticipo que me puede pasar, y me predispongo para evitarlo. A mi criterio, y desde mi intuición solo podemos manejar una emoción si de alguna manera nos Anticipamos a ella.
La Anticipación es la clave para el “manejo” de las emociones. Asumir e identificar los momentos en  que me puedo llegar a enfadar, o a deprimir y diseñar una estrategia para poder evitarlo son sin duda las llaves para resolver el problema. Pero no solo es necesario el diseño de la estrategia si no practicarlo. TOMAR LA FIRME DECISION DE ENTRENARLO.
Para poder manejar una emoción se me ocurren 3 pasos:
1-      Identificar la emoción
2-      Objetivar la emoción
3-      Reemplazar la emoción
Para que esta estrategia funcione, es necesario tener un acuerdo con el jugador, porque es necesario practicarla justamente cuando la emoción que queremos manejar está manifestándose. Lo lógico es que si alguien está enfadado y sin control, de dejarlo tranquilo. Yo propongo que ese es el momento ideal para empezar a aprender a “manejar” las emociones.
Explico ahora los 3 pasos:
1.1.       Identificar
La importancia de poder identificar la emoción es enorme,  partiendo desde la premisa de que “NADA EXISTE SI NO SE PUEDE DISTINGUIR”. Si puedo definir lo que estoy sintiendo, si tengo la capacidad de  ponerle nombre, entonces será  mas fácil el poder  “manejarlo”
Para ponerlo en un ejemplo claro; Si puedo identificar que una víbora venenosa de una que no lo es,  puedo valorar las consecuencias de lo que puede pasar si me cruzo con esa víbora, porque se lo que es.  Pero si no se lo que es, como puedo generar una estrategia para evitarlo?
1.2.       Objetivar.
Significa, entrenar para ser objetivo en la situación, preguntarme y responderme, si lo       que estoy sintiendo me sirve para conseguir lo que quiero conseguir. Estar deprimido me ayuda a ganar el partido? Estar enfadado me ayuda a tener buenos rendimientos?
Esto se logra entrenando, llegando a esa situación límite muchas veces, reconociendo las cosas que me hacen irritar o abandonar, esto no es diferente a entrenar una situación de juego.  A eso me refiero con “Anticipar”
1.3.       Reemplazar
Significa Tomar la firme decisión de cambiar la emoción que no me ayuda por una que me ayude. Podrán decirme que no fácil, que lo intentan, pero que no lo logran.  Ahora quiero que piensen en una situación en donde no tengan opciones, imaginen que una situación extrema, que los impulse mas allá de sus límites. Por ejemplo, salvar a un ser querido, en una situación así se van a mantenerse en una emoción que los paralice? O van a actuar? Reemplazar la emoción o no reemplazarla es simplemente una decisión. Si no lo haces es simplemente una excusa, significa que todavía crees que tienes margen.
El proceso de identificar, objetivar y reemplazar, el entrenador tiene que ser muy cuidadoso, por un lado tiene que llevar al jugador a la emoción que quiere cambiar, y llegado a ese punto tiene que enseñarle identificarla, objetivar y a reemplazarla. Solo una práctica consensuada, entre jugador y entrenador hace esto posible. Muchas veces el jugador llegado el momento de la explosión emocional, no acepta la ayuda del Coach. Es por eso que tiene que haber un acuerdo previo

ENRIQUE GULDBERG