domingo, 13 de septiembre de 2015

Exigimos a nuestros hijos, pero, ¿que responsabilidades tenemos los padres?

IMPORTANTE: Al final de este artículo hay dos links que complementan fantásticamente bien lo que explican los autores en estas líneas, por lo que les sugiero se tomen un tiempo para verlos con mucha atención.

En el segundo link, “seis contra seis”, estoy seguro que conocerás a muchos de este tipo de padres, los cuales tienen un comportamiento regular y les cuesta mucho aceptar que no es la manera correcta de comportarse ni menos aceptar que en vez de ayudar, motivar o apoyar, están haciendo lo contrario, sin embargo sabes a que atenerte porque los conoces.

El problema son los que tienen esta imagen oculta, los no visibles, y de estos la cantidad aunque no lo creas, es inmensa. Estos son los más negativos y lo peor, es que los chicos se dan cuenta, así que pónganse en el lugar de los jugadores, de lo que sienten y con lo que tienen que luchar cuando son muy buenos tenistas.

Nunca hay que olvidar que esto es un deporte, un juego y una esencia de vida real que prepara eficientemente a los chicos en su educación personal, profesional y deportiva.


LES EXIGIMOS A NUESTRO HIJOS... PERO, ¿QUÉ RESPONSABILIDADES TENEMOS LOS PADRES?

Los padres suelen ser una fuente de estrés importante señalada por los jóvenes tenistas, que incluso puede llevarles al abandono de la práctica. El tenis puede dejar de ser divertido a causa del estrés que provoca la presión de los padres; frases como estas son habituales en las pistas de tenis "con todo lo que me cuesta que juegues al tenis y luego mira como me lo pagas en los partidos, gritando y …" "juegas como nunca y pierdes como siempre", si hicieras caso de lo que te digo, a lo mejor hasta ganabas algún día", …

Los padres se consideran una parte muy importante para el buen desarrollo de los programas deportivos en los que participan sus hijos. Vosotros los padres sois tan responsables como los entrenadores o directivos de las escuelas/clubes en los que participan sus hijos para que sus hijos consigan todos los beneficios que el tenis puede ofrecerles; y sobre todo consigan satisfacer la motivación con la que se "apuntaron a tenis". Los niños y jóvenes citan muchas razones por las que juegan al tenis, entre ellas el pasarlo bien, porque es el deporte que más les gusta, mejorar su técnica o estar con los amigos.

Desde la UPAD-UAM nos gustaría sugerir algunas de las principales responsabilidades de los padres de deportistas jóvenes:

1. Animar a su hijo a practicar deporte, en este caso el tenis, como parte de un estilo de vida saludable y activo.

2. Preocuparse por comprender lo que su hijo quiere conseguir a través de su práctica del tenis, con ello queremos hacer referencia a que los padres conozcan la o las principales razones de participación de su hijo en este deporte en concreto. Esto tiene mucho que ver con dar a su hijo un entorno positivo y adecuado para que consiga satisfacer esos motivos que le han llevado, en este caso en concreto, a jugar al tenis (motivos que pueden ir cambiando con la edad)

3. Hacerle ver que de todo lo que se está beneficiando al jugar al tenis son lecciones que le ayudarán en su vida adulta (asumir errores como parte del juego, concentración en la tarea, planificación de metas realistas y posibles, …) . La práctica del tenis es un añadido más para la "escuela de la vida" en la que participa cada día.

4. Ayudarle para que cumpla las responsabilidades con el entrenador/profesores, con el grupo de entrenamiento y con el club o escuela a la que pertenece. Que sepa que con su participación adquiere una serie de compromiso y obligaciones (acudir a los entrenamientos, cumplir unas normas, jugar "la liga", …)

5. Dejar al niño a cargo del entrenador/profesor en los entrenamientos y en los partidos (en los que un profesor esté presente) y no tratar de entrenarlo o dirigirlo desde fuera de las pistas. En el momento de llegar a casa, y para evitar mandar mensajes contradictorios y confusos, es bueno tener en cuenta que las indicaciones que le hagamos a nuestros hijos no deben contradecir a las que el entrenador le haga.

6. Presenciar los partidos de sus hijos, siendo un modelo de comportamiento tanto en entrenamientos como en partidos. Pues, esta es una de las bases para poder establecer pautas de comportamiento apropiadas cuando sea necesario, hay que "predicar con el ejemplo". De forma, que el comportamiento de los padres sea aceptable y adecuado, de acuerdo a la educación que quiere transmitir a su hijo, pensando que el deporte es un medio más para su educación.

7. Se deben hacer partícipes a los hijos de las decisiones que se toman con respecto al tenis; Es importante pedirles opinión, sobre qué torneos quieren jugar, o si quieren cambiar de club o seguir entrenando en el mismo, … Si se les hace partícipes de estas decisiones estaremos aumentando el grado de implicación en su práctica y con ello estaremos aumentando su motivación interna.

8. No esperar éxitos de los hijos como "recompensa" por los esfuerzos realizados, tanto a nivel económico como de tiempo invertido, debe valer el simple hecho de ver que el joven se lo está pasando bien y está haciendo lo que le gusta (frases como: "hoy lo hemos hecho muy bien" -como si los padres hubiesen jugado también- no son las más apropiadas).

Esperamos que estas propuestas de responsabilidades hayan sido de su interés. Desde la UPAD-UAM queremos hacer hincapié en la importancia de hacer una reflexión acerca del rol que los padres pueden tener en la práctica deportiva de sus hijos, siempre con el objetivo más importante que se puede tener: hacerles mejor personas.
En artículos posteriores trataremos directrices o pautas de comportamiento de los padres en partidos, mientras tanto os dejamos dos links a vídeos (un corto y un documental) que tratan sobre el tema y que esperamos que os gusten:

http://www.rtve.es/television/20110104/documentos-tv-ninos-trofeo/392389.shtml


Nos despedimos como siempre quedando a vuestra disposición para lo que quieran.
Equipo de la UPAD-UAM

www.upadpsicologiadeporte.com

La Tarea y el Ego en el tenis (Cancha de tenis)


LA TAREA Y EL EGO EN EL TENIS

Tener éxito en el deporte de competición tiene muchas similitudes con tener éxito en la vida. Una de las cosas más importantes que hemos aprendido desde pequeños es que para que las cosas vayan bien hay que “saber estar”. Cada situación tiene unas características que la mayoría de las veces no son explícitas y que por lo tanto hemos de saber “leerlas”, “captarlas” y actuar en consecuencia y ello se aprende con el tiempo.

En el deporte de competición “saber leer” la situación es fundamental para “saber estar”. También percibimos desde pequeños, que para conseguir las cosas importantes hay que planificar, luchar y esforzarse y que es la continua lucha, esfuerzo y superación lo que nos permite conseguir el éxito en los diferentes contextos de la vida.

Para ser práctico y explícito, en el deporte de competición, la perseverancia, el esfuerzo y la superación, cuyos sinónimos son el empeño, el sacrificio y el progreso, son las máximas del éxito de los deportistas y equipos en todos los niveles y particularmente se hace patente en la historia evolutiva de cada jugador que llega a triunfar en su deporte.

Con el siguiente ejemplo demostrativo se ilustra de manera concisa lo anteriormente descrito:
“Habían dos hermanos gemelos que jugaban al tenis desde muy pequeños y que se destacaban en sus habilidades para practicar este bello deporte. Los padres los apoyaban en su proceso de formación llevándolos a los mejores clubes y practicando con los mejores entrenadores para que los niños pudiesen llegar a ser jugadores de elite. Ambos llevaban un progreso similar y desarrollaron un buen nivel de tenis consiguiendo resultados excelentes.

Sin embargo, al entrar en la adolescencia, la actitud en los entrenamientos y en los partidos empezó a cambiar. Juan tenía claro que para conseguir el éxito tenía que luchar y esforzarse en cada entrenamiento y en cada partido, mientras que Carlos consideraba que tener éxito consistía en demostrar que era mejor que los demás y que podía hacerlo mejor que los otros y con menos esfuerzo.

A Juan lo que le motivaba en el entrenamiento y en los partidos era conseguir “leer” cada vez mejor la situación y para ello seguía entrenando y desarrollando sus habilidades técnicas, tácticas, físicas y psicológicas.
A Carlos lo que le motivaba era demostrar que iba “sobrado” y que estaba por encima de los otros sin esforzarse mucho. Ambos trabajaban en un equipo de competición en el que el staff estaba compuesto por el entrenador, el preparador físico, el psicólogo, el fisioterapeuta y el médico.

Juan se comprometía con cada parte de su entrenamiento y quería desarrollar su potencial al máximo. Carlos solo quería en cada ocasión probar lo mucho que valía y que ello lo demostraba sin esforzarse en demasía. Resumiendo, ambos hermanos eran muy talentosos, pero con la diferencia que Juan a su aptitud le añadió actitud para desarrollar su capacidad física, mental y táctica; y Carlos sólo creía en su gran aptitud con poco esfuerzo para fortalecer las habilidades psicológicas, tácticas y físicas, es decir, no reforzó su actitud para lograr un progreso que le permitiera mejorar y potenciar su rendimiento.

Pasados los años Carlos abandonó el tenis ya que empezó a ver que las demás le iban superando, ya que los jugadores del mismo nivel iban alcanzando mejores resultados en los partidos y su puesto en la clasificación iba bajando. Le daba pereza y aburrimiento acogerse al trabajo duro porque desde joven creyó que con su sólo talento iba a lograr el éxito, no se acostumbró a las exigencias, esfuerzos y sacrificios que el tenis de alto rendimiento le demandaba. Abandonó el tenis porque este no era un contexto de logro en el que podía demostrar a los demás lo “bueno” que era, mientras que Juan consiguió situarse en una buena posición en el ranking internacional, aprendió a “leer” la situación y a “saber estar”. “

El ejemplo anterior es interpretativo, en su contexto, de la teoría de la metas de logro aplicada al entorno deportivo, considerado como un marco teórico que ayuda a entender estos procesos psicológicos que o bien favorecen el máximo desarrollo en los deportistas o bien lo merman. Los deportistas como Juan están altamente orientados a la TAREA y para ellos tener éxito consiste en progresar, en superarse y en considerar que el éxito se consigue a través del esfuerzo.

Sin embargo los deportistas como Carlos están altamente orientados al EGO y para ellos el éxito se consigue demostrando que son mejores que los demás, casi sin esfuerzo y confiando solo en su talento. Los deportistas orientados a la TAREA, como Juan, desarrollan una motivación intrínseca: la práctica deportiva es satisfactoria en sí misma, con mayor compromiso deportivo y menor ansiedad.

Mientras que los orientados al EGO, como Carlos, su motivación es fundamentalmente extrínseca: realizan la acción para conseguir algo a cambio y experimentando mayor ansiedad ya que el destacar o no de los demás no depende solo de ellos.

Un deportista o un equipo pueden haber realizado un excelente torneo pero sin embargo haber perdido porque el contrincante todavía lo ha hecho mejor. Perder no le gusta a nadie, sin embargo ante esta situación los orientados a la TAREA estarán satisfechos con el rendimiento obtenido y saben que han de seguir superándose, mientras que los orientados al EGO se sentirán destrozados ya que su valía siempre estará en función del resultado conseguido.
Cuando los entrenadores quieren que sus deportistas consigan desarrollar al máximo sus potencialidades han de conseguir que estos se focalicen en el esfuerzo y en el progreso de su rendimiento, y no en las estadísticas y en los resultados. Lo que han de pedirles a sus deportistas es que den lo mejor de ellos mismos en cada situación y que acepten el reto de la competición y no orientarles a que se empeñen en ganar a toda costa. Quizás con la filosofía de ganar a toda costa se consiga ganar ese día, pero cuando la filosofía del entrenamiento es el progreso y la mejora, dar lo mejor de uno mismo, y lo mejor del equipo, entonces lo que se consigue es un mejor resultado de forma estable.

Los tenistas pueden estar motivados por los entrenamientos orientados hacia la TAREA - mejoramiento continuo - u orientado hacia el EGO - resultados inmediatos para conseguir premios y reconocimientos -.

El clima de entrenamiento orientado a la TAREA crea en los jugadores una estándar de mayor rendimiento individual y de equipo. El entrenador valora el esfuerzo, el progreso en cada partido y en cada entrenamiento y en el aprendizaje basado en el rendimiento ya que los deportistas perciben que a lo largo de una temporada han conseguido mejorar a nivel técnico, táctico, físico y psicológico, así como su nivel de juego general reflejado en la clasificación del ranking.

El entrenamiento encauzado hacia la TAREA favorece el aumento en el rendimiento y la satisfacción de los deportistas al ver el progreso.
Es fundamental que la interacción entre el entrenador y el deportista sea ampliamente motivacional para potenciar el desarrollo óptimo del jugador, esto permite al entrenador conocer las características psicológicas del tenista para favorecer su rendimiento y bienestar.


Un entrenador que compartiese la filosofía de base que guía la formación de climas motivacionales de implicación en la TAREA les hablaría de esta manera a su deportista antes de empezar la competición: “Cuando el partido termine, quiero tu cabeza alta, y sé que el único camino que lleva a que tu cabeza esté alta, es que tú sepas que has dado lo mejor de ti mismo. Esto significa que lo hagas lo mejor que puedas, que practiques con confianza y seguridad todo lo que se ha entrenado. Nadie podría dar más. Quiero que al finalizar tengas la sensación que has hecho ese esfuerzo”.